Dos geometrías ordenan el lugar:
- La huella histórica de las superposiciones religiosas que han definido a la villa: desde la primigenia Cueva de los Camellos hasta la Basílica actual de 1959, cuya cúpula se constituye en un foco que irradia hacia toda la intervención, trabajando a la manera de un faro simbólico que apela a la memoria religiosa del lugar. La geometría del pavimento de la Plaza de la Patrona enfatiza esta centralidad. En este mismo sentido, la iluminación del suelo de la plaza recuerda los restos de cera que dejaban las candelas sobre la playa de arena negra.
- La recuperación de la traza natural del barranco que se une con su antigua playa (la Plaza de la Patrona) mediante una sucesión de intervenciones arquitectónicas que dotan de funcionalidad, especialidad y representatividad al lugar. En las partes ya degrada- das del barranco por terrenos de vertido se sitúa un equipamiento municipal destinado a conciertos y eventos de cierta dimensión que permite desahogar la plaza de la basílica de muchas actividades que competían con su carácter urbano y simbólico. Este au- ditorio se conecta, en su parte alta, a una pieza-mirador que alberga en su interior un restaurante que proporciona al visitante una vista panorámica de la Villa Mariana de Candelaria y el mar. Barranco abajo la calle Antón Guanche se convierte en un espacio de mercado, donde mostrar las tradiciones y creaciones de nuestros artesanos. Bajo este recorrido se recuperan las antiguas cuevas y se incorpora un museo de arte sacro.