El proyecto aborda el problema de la accesibilidad en dos edificios plurifamiliares de tres plantas de altura compuestos por 100 viviendas de promoción pública construidas en los años 90. Los edificios tienen unos 100 metros de largo separados por una calle interior que salva un fuerte desnivel. En el encargo se prevé la instalación de 8 ascensores, uno por cada portal.

La posibilidad de intervención sobre la totalidad del conjunto nos hace reconsiderar el planteamiento inicial, proponiendo la instalación de tres estructuras-puente que contienen un ascensor cada una de ellas y que resuelven los problemas de accesibilidad de la totalidad de las viviendas. Se construyen de este modo nuevos espacios de relación entre los vecinos, a la vez que se reducen los costes de instalación y mantenimiento posterior.

Desde esta opción mediadora, construida desde la simplicidad en la elección de las soluciones constructivas y de los materiales, se reconfigura la calle interior que separa a los dos edificios, mejorando sus condiciones de accesibilidad y favoreciendo el tránsito a través de ella como espacio público, antes rodeado y ahora atravesado.