Viviendas vacacionales con vistas: Castle Rock House, de Herbst ArchitectsCastle Rock House es una espectacular casa de veraneo en la costa este de Nueva Zelanda, entre las playas de Whangarei Heads y la montaña, donde Herbst Architects saca el máximo partido al terreno en ladera, fundiendo la arquitectura con el paisaje.
La vivienda, destinada a una familia amante de los veleros, pasa de una caseta para barcos del encargo inicial a una vivienda de vacaciones con capacidad para 4 adultos y 4 niños, situada en una cresta de la colina, bajo el acantilado de Castle Rock, a unos pasos de la playa cubierta de Pohutukawa.
Los arquitectos aprovechan al máximo las vistas del mar y la montaña dividiendo en 2 el programa de la vivienda, disponiendo los principales espacios de día en una plataforma superior que dispone así de 4 fachadas, contigua a una pastilla que contiene los dormitorios, situada en un nivel inferior, conectadas por un corredor exterior cubierto que sirve de charnela entre ambos volúmenes. El cuerpo que ejerce de almacén de barcos y de garaje queda separado de la vivienda, conectado con el mismo por un camino que se prolonga en un corredor entre ambas zonas de la casa.
El desnivel del terreno entre la plataforma inferior y superior se salva con un muro de contención de piedra natural embutida en tela de gallinero, mientras que el plano inferior vuela sobre la ladera apoyando en la misma con pilares de madera.
Los espacios de día ocupan una planta casi cuadrada, dividida en 4 espacios de tamaño similar, articulados con grandes ventanas correderas que los cierran o abren al exterior al antojo de los habitantes.
Dispone de una cocina y una sala de estar, con dos terrazas que ejercen de comedor, con sendas mesas de madera que permiten disfrutar de una comida en el exterior disfrutando de las diferentes vistas que ofrecen las distintas orientaciones de la vivienda, protegidos por cubiertas de listones de madera que ejercen de brise-soleil.
La cocina y el salón también disfrutan del paisaje natural circundante a través de amplios ventanales, de suelo a techo en el caso de la cocina, o como una rasgadura horizontal en el caso del salón, enmarcando las vistas.
Una escalera conduce al nivel inferior, prolongándose más allá, atravesando el prisma que alberga los dormitorios, para continuar su descenso hasta la playa, aprovechando un sendero preexistente en el lugar.
De este modo, el dormitorio principal, situado en la esquina, disfrutando de las mejores vistas y de baño propio, se independiza de la otra pieza de dormitorios, que incluye una habitación de matrimonio para invitados y una amplia habitación para los niños, con capacidad para 4 camas individuales, separados entre sí por un segundo baño que da servicio a ambas estancias.
La vivienda se realiza en su práctica totalidad en madera natural, incluyendo desde la estructura hasta los acabados, tanto interiores como exteriores. En el interior se opta por un acabado natural de la madera, mientas que en el exterior se encuentra teñida de negro, mejorando su durabilidad.
En el cuerpo de dormitorios se abren ventanas de corte vertical que se integran en la piel de listones verticales de madera, revestidas por elementos practicables integrados en la misma para darle a los espacios interiores mayor privacidad y protección frente el viento, permitiendo a su vez el disfrute de las vistas y la conexión con la naturaleza, incluso desde los baños.
Imágenes de Patrick Reynolds
