El Hogar de los Niños del Futuro es un orfanato diseñado por los daneses CEBRA Architects en Kerteminde, un pueblo rural en la isla de Fünen, Dinamarca, en el Mar Báltico.
Se trata de una institución encargada de acoger a niños y adolescentes marginados o sin hogar, muchos de ellos con problemas de salud mental o de comportamiento social. Por ello, la arquitectura, su escala, sus formas y volúmenes, juegan en este caso un papel relevante para crear un entorno acogedor y doméstico que permita a estos niños sentirse como en casa.
Esta es la razón por la que los arquitectos desestimaron la idea de un edificio compacto de gran volumen, optando por la combinación de cuatro unidades de planta rectangular longitudinal, cubiertas con un tejado a dos aguas, al más puro estilo de la vivienda danesa tradicional, dispuestas unas junto a otras. Esta suma de volúmenes permite dar independencia a los distintos espacios, que pueden funcionar casi como unidades independientes, estando a su vez articulados y conectados.
El juego y las variaciones realizadas con esta tipología básica enriquecen la imagen de conjunto, con alturas diversas entre los distintos volúmenes, que permiten que el edificio se integre a la perfección en la trama urbana circundante.
Las unidades se deslizan unas respecto de las otras, otorgando mayor privacidad a cada volumen, incluso de una planta a otra, permitiendo además la disposición de terrazas cubiertas.
También se juega con la distribución interior de cada unidad, proporcionando una gran diversidad de espacios que se adaptan a las distintas necesidades de los niños.
El conjunto cuenta con un total de 1.500 m2 distribuidos en dos plantas sobre rasante y un sótano. Los espacios de administración, las salas para el personal y los almacenes se ubican en planta sótano y primera, de modo que la planta baja se reserva para los espacios destinados a los niños, con un carácter totalmente residencial y pedagógico, velando de ese modo el carácter institucional del edificio.
En planta baja, el volumen central alberga el acceso principal al edificio, donde se encuentra la recepción, accesible directamente desde el área de aparcamiento exterior. De este modo, queda separada de las áreas de vivienda, situadas en los otros módulos.
Las unidades residenciales se dividen por grupos de edades, situados estratégicamente con criterios pedagógicos. De este modo, el área infantil ocupa la zona más íntima e interior del edificio, orientada al jardín trasero, con acceso directo a un parque de juegos.
Por el contrario, la unidad de los niños de mayor edad, los adolescentes, se encuentra en la parte exterior, orientada hacia la calle, incentivando a los niños a relacionarse y participar de la vida del barrio y de las actividades sociales que tienen lugar en el mismo.
Los espacios bajo cubierta, las buhardillas, son espacios flexibles que permiten a sus usuarios adaptarlos a sus gustos y necesidades. Sus tamaños son diversos, de modo que dan lugar a salas más íntimas, destinadas a la lectura, el estudio, etc., o más comunitarias, con espacios tipo taller de manualidades y pintura, para proyectar películas o celebrar eventos de diversa índole.
La materialidad del edificio mantiene las mismas premisas, utilizando materiales de construcción típicos de la arquitectura residencial. Las fachadas laterales se ejecutan con fábrica de ladrillo cerámico, mismo material que cubre los faldones de las cubiertas inclinadas, en formato de baldosa en este caso, peo con la misma tonalidad rojiza de la fachada. En estos cerramientos se abren huecos de corte vertical que se repiten de una forma casi rítmica a lo largo de toda su longitud.
Las fachadas frontales se cubren con listones de madera, que se adaptan sin problema al remate superior de la cubierta inclinada a dos aguas, así como a los huecos de tamaños y geometrías diversas que salpican de forma aleatoria estas fachadas, algunos cubriendo la práctica totalidad del cerramiento.
Los acabados interiores son neutros y cálidos, con paramentos verticales lisos pintados de blanco y suelos y techos de madera que proporcionan un ambiente interior confortable.
CEBRA architecture
Fotografías de Mikkel Frost