CGR Architects¿Alguna vez habéis caminado por un bosque de bambú? ¿Habéis podido observar cómo se filtra la luz solar a través de la niebla, cómo se eleva el bambú arqueando sus tallos hacia el cielo como una catedral, agitandose de un lado a otro? Este sentimiento es el que nos evoca Carlos R. Gómez, director del despacho CGR Architects cuando habla de su nuevo proyecto “Torre de Bambú” en Singapur, un conjunto de edificios que se agrupan y se elevan hacia el cielo como si de un bosque de bambú se tratase, y que crece como una entidad natural a gran escala definiéndose como un pueblo sostenible de gran altura respetuoso con el medio ambiente.
CGR Architects es un estudio de arquitectura que nace en Barcelona y se expande hasta China, Estados Unidos y África, formado por un equipo multidisciplinar con más de 20 años de experiencia. Siguiendo su línea de arquitectura innovadora y creativa, Carlos R. Gómez presenta este nuevo proyecto que se ubica en el corazón de Singapur.
La propuesta, terminada en 2014 y seleccionada recientemente entre los finalistas del World Architecture Festival Awards (WAF), en la categoría “Proyectos de futuro”, engloba un programa mixto de 247,806.50 m² que se eleva hasta los 200 metros de altura. Compuesto por oficinas, viviendas, hoteles y zonas recreativas envueltas por un espacio público capaz de potenciar las interrelaciones entre los habitantes de esta ciudad vertical, sigue un modelo de “aldea urbana” que busca proporcionar un alto nivel de autocontención (una comunidad de personas que trabajan y conviven en la misma zona).
El proyecto está marcado por una gran apuesta en los materiales de construcción alternativos y sostenibles, combinados con los elementos estructurales propios de nuestra época. De este modo, trabaja un sistema constructivo basado en el bambú y articulado mediante un sistema de nudos de acero inoxidable. Este sistema combina la naturalidad del bambú con la precisión y la potencia estructural del acero inoxidable creando una estética única de pureza y belleza, que se une al ETFE (etileno tetrafluoroetileno) como elemento de cerramiento de fachadas, un material de grandes prestaciones en cuando a resistencia a la corrosión y a las altas temperaturas.
El ETFE tiene una temperatura de fusión muy elevada, propiedades eléctricas y alta resistencia a la radiación de energía solar. La película que recubre a este material es autolimpiable (debido a su superficie antiadherente) y reciclable.
La relación entre los edificios y el espacio público se resuelven a través de plataformas en altura que unen los diferentes núcleos entre sí, creando una comunidad capaz de desarrollar sus propias actividades públicas.
