TECNOLOGÍA Y MATERIALES

Quitosano, el futuro sustituto del plástico

El investigador español Javier Fernández ha dado, tras muchos meses de estudio en la Universidad de Harvard, con la fórmula para crear un material que podría llegar a ser, en un futuro no muy lejano, el sustituto efectivo del plástico. Ya podemos anticiparnos a este descubrimiento previendo sus posibles utilizaciones en el ámbito de la arquitectura y el mundo de la construcción. Sin ir más lejos, en pocos años podremos realizar impresiones 3D en este nuevo material bautizado con el nombre de “shrilk”, además del gran abanico de posibilidades que iremos descubriendo en los próximos años.

Quitosano, el futuro sustituto del plásticoShrilk

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El investigador español Javier Fernández ha dado, tras muchos meses de estudio en la Universidad de Harvard, con la fórmula para crear un material que podría llegar a ser, en un futuro no muy lejano, el sustituto efectivo del plástico. Ya podemos anticiparnos a este descubrimiento previendo sus posibles utilizaciones en el ámbito de la arquitectura y el mundo de la construcción. Sin ir más lejos, en pocos años podremos realizar impresiones 3D en este nuevo material bautizado con el nombre de “shrilk”, además del gran abanico de posibilidades que iremos descubriendo en los próximos años.




 “Muchos objetos de plástico, como los desechables o embalajes, se fabrican sin pensar en su vida útil. Si yo por ejemplo fabrico una botella de agua, no te puedo perseguir para que la eches al contenedor que le toca”, explica Javier Fernández, doctor en Nanobiotecnología por la Universidad de Barcelona, investigador en Harvard y docente de la Singapore University of Technology and Design. Con una carrera enfocada a reducir el consumo de plástico, él tiene su propia apuesta: el quitosano.





Javier Fernández ha realizado ya y hasta el momento tres publicaciones científicas que muestran las propiedades y demuestran la utilidad de este nuevo material biodegradable que podría jubilar al plástico y plantear nuevas ramas de investigación en medicina, industria y materiales para el mundo de la construcción.





El investigador consiguió extraer algunas sustancias de la piel y las articulaciones de un insecto muy común en América Central y Sudamérica, el Rhodnius Proxilius, y combinarlos para obtener este material con una fuerza que duplica a la del plástico (120 Mpa), y que además es biodegradable.



“A raíz de la publicación, recibimos muchas llamadas de empresas interesadas en implantar el material”, explica el científico. Por un lado, la industria quiere reducir la dependencia del plástico. Y, por otro lado, empresas médicas están interesadas en aplicaciones que van desde cura de hernias, sutura reabsorbente, pegamento quirúrgico o piel artificial.”, explica el científico.



 




 

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