Proyecto El Teatro. Arquitectura residencial privada de Cadaval & Solà-Morales El estudio de arquitectura, liderado por Eduardo Cadaval y Clara Solà-Morales desde el 2003, convierte un antiguo teatro del barrio de Poblenou de la ciudad de Barcelona en una vivienda y estudio; un proyecto de vida urbana contemporánea.
La edificación que data de finales del Siglo XIX, y que mantiene el nombre de El Teatro, a pesar de haber pasado a ser utilizada como almacén años más tarde tras el cierre del propio teatro, se localiza en el distrito tecnólogo del 22@ en el barrio del Poblenou, a poca distancia de la Avenida Diagonal y del Nuevo Parque Central de las Glorias, en el corazón innovador de la capital catalana.
Las antiguas paredes de ladrillo y las vigas del techo se mantienen y aparecen como protagonistas del interior de la vivienda haciendo alusión a las vidas pasadas de su arquitectura.
Los arquitectos no solo mantuvieron las grandes luces de la edificación consiguiendo un espacio diáfano sino que lo convierten en otro uso y otra vida, tal y como explica el equipo de diseño, la idea era construir sin afectar lo existente.
Todos y cada uno de los espacios de la vivienda se comunican entre sí a pesar de estar bien diferenciados, un interior donde los objetos, muebles, utensilios, e incluso el automóvil clásico de los propietarios de la casa, se exponen y funcionan a modo de escultura otorgando calidez y personalidad a la residencia.
La casa se divide principalmente en tres ámbitos independientes, dos estudios de trabajo individuales a cada lado de entrada, y un gran espacio central que actúa como recibidor y distribuidor de la vivienda donde las altas puertas de granero de madera, que originalmente se encontraban en su patio, se han utilizado como muro divisorio.
La impresionante cocina en negro mate, y el baño, los podemos encontrar en la planta baja, mientras que la zona de noche se separa del gran espacio abierto ubicándose en la parte posterior de la casa, con dos dormitorios en la primera planta y un tercer dormitorio en la segunda el cual además goza su propia terraza. Ambientes bien distanciados que gozan de una excelente comunicación fluida dentro de una distribución lógica.
Un magnífico patio interior flanqueado con ventanas de marco negro y puertas batientes acristaladas donde plantas frondosas en macetas, un par de hamacas y una pequeña piscina lo completan, consigue llenar de luz natural a la vivienda. Un espacio que sin duda aporta sensaciones de paz y relajación en un edificio donde los habitantes pasan gran parte de su vida.
El proyecto del estudio barcelonés es sin lugar a dudas un magnífico ejercicio que demuestra como los nuevos proyectos de arquitectura pueden respetar la trayectoria e história original de las construcciones.
Fotografía, Sandra Pereznieto.
