El proyecto de Vivienda Unifamiliar en El Puerto de Santa María del estudio sevillano ha sido galardonado por el COACADIZ como la obra más significativa de la joven arquitectura construida en la provincia de Cádiz en los años 2018-2019
El jurado del premio, que contaba entre otros con D. Francisco Reina Fernández Trujillo (profesor de proyectos de la ETSA de Sevilla y colegiado COAS), D. Ramón González de la Peña, la Decana del Colegio Dña. Isabel Suraña Fernández y premiados de anteriores convocatorias han destacado de la obra: "Se valora la organización de la casa como un conjunto de volúmenes y vacíos que integran y ponen en valor la totalidad de la parcela. Con una arquitectura discreta y madura se generan los distintos espacios, interiores o no. Los usos de la vivienda se desarrollan en la planta baja, elevando a la primera usos complementarios para la contemplación y disfrute del paisaje en el que se ubica”.
¡Suerte de llegar los últimos!
Intervenir ocupando la última parcela sobre una porción de ciudad jardín ya consolidada en la última década nos hace reformular decisiones apriorísticas como orientaciones, vistas o fachadas. Las condiciones de contorno o preexistencias son buenas oportunidades por las situaciones que generan, favoreciendo respuestas diferentes a las más académicas que en un principio surgirían.
La vivienda se adelanta y cruza su mirada para aprovechar las mejores vistas posibles sobre el imponente espacio arbolado cercano. Aperturas que posibilitan a su vez que la luz del atardecer penetre en la zona de día a través del espacio a doble altura propuesto.
Se reivindica la composición tan gaditana de volúmenes de terrazas, la mayoría de ellos prismáticos, que en la organización de sus huecos buscan la luz o las vistas. Inquietudes por abordar la construcción de una vivienda costera, que debía buscar su posición y erigir algún elemento a modo de torreón con el que poder vigilar a la Bahía.
Desde el inicio, el programa de la vivienda marca un acotado y protegido programa individual en la configuración de las habitaciones, mientras que a la vez una secuencia continua de espacios domésticos y exteriores desarrolla las actividades más colectivas de la familia y sus invitados. De esta forma se constituye a modo de espina un elemento opaco, pero de fuerte personalidad que mediante el panelado en madera de iroko divide el mundo de las habitaciones y espacios de servicios de las zonas de relación colectivas (distribuidor, patios, salón-cocina, biblioteca, sala de televisión, etc.).
Y todo ello se ordena con patios, entrantes y salientes, los cuales sirven para controlar la luz en diferentes situaciones del día. Un olivo tamiza la luz del amanecer. Posteriormente es la zona de la cocina y el salón quien recibe una limpia luz de la mañana. Las pérgolas protegen el sol del sur y volvemos a tener una dorada luz de atardecer que colorea a modo de lienzo la pared que acompaña la escalera que nos lleva a la biblioteca. La luz es el tema.