REHABILITACIÓN

Medialab-Prado, un laboratorio ciudadano

La antigua Serrería Belga acoge la sede de Medialab-Prado, un espacio versátil y accesible para el desarrollo cultural y tecnológico. El proyecto de rehabilitación y remodelación es fruto de un concurso público internacional convocado en 2007 por el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid que ganaron los arquitectos María Langarita y Víctor Navarro.

Medialab-Prado, un laboratorio ciudadanoMedialab-Prado. Fachada digital

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La antigua Serrería Belga acoge la sede de Medialab-Prado, un espacio versátil y accesible para el desarrollo cultural y tecnológico. El proyecto de rehabilitación y remodelación es fruto de un concurso público internacional convocado en 2007 por el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid que ganaron los arquitectos María Langarita y Víctor Navarro.




Medialab-Prado es un programa del Área de las Artes, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Madrid. Se trata de “un laboratorio ciudadano de producción, investigación y difusión de proyectos culturales que explora las formas de experimentación y aprendizaje colaborativo que han surgido de las redes digitales” según se autodefinen. El proceso productivo es permeable fruto del encuentro, la cooperación y el intercambio.





La intervención no consiste únicamente en la rehabilitación del edificio de la Serrería para su nuevo uso sino que proyecta un nuevo ente “La Cosa” que dialoga con el edificio histórico.



En los años 20 del siglo pasado comenzó a construirse la Serrería Belga, proyecto del arquitecto Manuel Álvarez Naya que se ejecutó en varias fases. Siendo uno de los primeros edificios madrileños de hormigón armado visto. De fachada clasicista su interior desvela un fuerte carácter industrial que la intervención ha respetado.





El nuevo ente llamado por los arquitectos “La Cosa” agrupa los dispositivos, instalaciones y comunicaciones que hacen posible la actualización del edificio a los requerimientos actuales. De estética ligera con cierto aire pretecnológico se inserta en el edificio de hormigón otorgándole gran capacidad de transformación.





El proyecto nace de la coexistencia entre la Serrería y la Cosa, de esta relación parten algunas de las estrategias empleadas en la adaptación.



Se respeta el edificio de la Serrería, no sólo como edificio histórico sino entendiendo que aporta soluciones valiosas que no necesitan ser duplicadas.





Se emplean materiales económicos y sistemas constructivos ligeros y desmontables que de forma sencilla puedan ser modificados para facilitar futuras transformaciones.



Se distribuyen uniformemente las instalaciones en el edificio y se realiza un tratamiento material homogéneo de manera que los espacios funcionen indistintamente como talleres de procesos.





Se aprovecha cada nueva intervención arquitectónica para introducir elementos que apoyen la investigación y sirvan como laboratorio para creadores digitales como la fachada digital en la medianera exterior, “la cosa” como dispositiva de investigación digital, el suelo retroproyectado y los dobles estores que se usan como pantalla de proyección.



© Fotos Miguel de Guzmán y Luis Díaz Díaz

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