La historia del Puente de la Mujer: arquitectura porteñaEs la primera obra en América latina del célebre arquitecto español Santiago Calatrava
El Puente de la Mujer, inaugurado en diciembre de 2001, es una marca en el paisaje que no sólo permite la circulación peatonal a través de la ciudad sino que también permite el flujo continuo del agua.
La construcción fue encargada por el empresario Alberto González, como un homenaje a su esposa e hijas y con la clara intención de donarlo a la ciudad de Buenos Aires. Fue diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava, célebre a nivel mundial por sus construcciones blancas.
Sostenido por tres pilares de hormigón, con sus 170 metros de longitud y 6,18 metros de ancho, vincula el borde oeste con el este a la altura del dique 3 en puerto madero y tiene una particularidad que en uno de sus tres tramos, el del medio, gira a 90 grados sobre su eje permitiendo el paso de embarcaciones a través del dique, hoy símbolo de la renovación del puerto de buenos aires.
El elemento móvil es una estructura autoportante, que se sostiene por un mástil inclinado de 34 metros de largo. Desde esta estructura de acero y hormigón, cuelgan una serie de cables de acero que soportan el tramo que gira.
El puente fue fabricado en españa por la empresa URSSA y luego transportado en piezas y montado en su emplazamiento actual, quedó levantado en un año.
Según el propio creador, el espíritu que evoca el puente es el de “una pareja bailando el tango”. El mástil representa al hombre que sostiene mediante cuerdas la curvatura central que simboliza a la mujer.
Santiago Calatrava, ingeniero, arquitecto y escultor español cuya producción se caracteriza por vincular éstas tres disciplinas materializando grandes estructuras con sello propio alrededor del mundo.
“El movimiento confiere otra dimensión a la forma y hace que cobre vida. En lugar de concebir el edificio como un mineral o una roca, lo comparo con el mar y sus olas en movimiento” Arq. Santiago Calatrava.
Santiago Calatrava - Architects & Engineers
Escrito por Alejandra Heyartz desde BUENOS AIRES
Fotografías de Santiago Calatrava - Architects & Engineers y Alejandra Heyartz
