GRANDES DESPACHOS

Francisco Mangado: Contenedor de arte contenido en fachada histórica

A finales del año 2007 comenzó la ampliación del Museo de Bellas Artes de Oviedo, con la aspiración a multiplicar el espacio expositivo de la pinacoteca regional. Un nuevo edificio, contemporáneo, que contendrá las colecciones, queda contenido por las fachadas protegidas de los antiguos edificios que allí se emplazaban.

Francisco Mangado: Contenedor de arte contenido en fachada históricaMuseo de Bellas Artes de Oviedo. Francisco Mangado

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A finales del año 2007 comenzó la ampliación del Museo de Bellas Artes de Oviedo, con la aspiración a multiplicar el espacio expositivo de la pinacoteca regional. Un nuevo edificio, contemporáneo, que contendrá las colecciones, queda contenido por las fachadas protegidas de los antiguos edificios que allí se emplazaban.




Para la ampliación se adquirieron diversas edificaciones en la misma manzana en que se encontraban los dos edificios actuales del museo, recayentes a la calle Rúa y a la plaza de la Catedral. Se derribaron éstos manteniendo forzosamente las fachadas ya que se trataba de edificios parcialmente protegidos.





El arquitecto, Francisco Mangado, convirtió el contenedor en contenido, ya que una nueva fachada interior de vidrio y aluminio se esconde retranqueada tras la de los antiguos edificios, que han quedado como piel exterior. Ambas quedan unidas mediante tirantes de acero, dando la impresión de que la vieja contiene a la nueva. Se ha fomentado en todo momento la conexión entre ambas, de modo que desde el exterior a través de los huecos vacíos se observa la interior y desde el interior también se establecen relaciones visuales con la de fuera.





El acceso principal al museo se efectúa ahora desde la plaza de la Catedral, corazón de Oviedo, hecho que contribuirá a hacerlo visible ante los que visiten la ciudad. No obstante se mantendrá el acceso antiguo desde el palacio de Velarde.





En el interior se emplea madera de roble tanto en el suelo como en las barandillas de todo el centro. Los mostradores de recepción, diseñados por el propio arquitecto, también se construyen con esta misma madera. Los muros y los techos se revisten de un blanco impecable, dando como resultado un espacio muy elegante.





Una claraboya cubre el espacio central del patio del museo iluminando magistralmente la colección permanente que allí se dispone. Quizá sea este el lugar más espectacular del edificio, su columna vertebral, inundado por la luz cenital.



La cubierta se levanta singular sobre el edificio, el arquitecto quiso darle protagonismo en dialogo con la arquitectura tradicional de la ciudad, con el paisaje de sus cubiertas.





Durante las excavaciones para la nueva cimentación se hallaron restos arqueológicos de la época tardorromana, la fuente de la Rúa, éstos se integraron en el proyecto de modo que quedan expuestos in situ, y visibles desde la calle.



En un futuro, desde la planta baja se conectará con la Casa Oviedo-Portal, uniendo así el viejo museo con el nuevo.





© Fotos Francisco Mangado

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