Mayte PieraMayte Piera, fotógrafa profesional, nos envía este texto que relata su vida: experiencias y vivencias a través de sus fotografías.
Estudié Ciencias de la Información Audiovisual en el CEU San Pablo de Valencia. Previamente había estudiado 3 años de fotografía y ya había hecho algún trabajo profesional, así que antes de terminar la licenciatura decidí abrir un estudio de fotografía y compaginar mi trabajo como fotógrafa con la carrera que estaba cursando. Lo mejor de aquel estudio, dedicado inicialmente a la fotografía industrial, fue que me sirvió como plataforma de experimentación en muchos campos de la imagen: fotografía en blanco y negro, cine en 16 mm., video, etc. Recuerdo que aquellos tiempos fueron muy prolíficos, no se rechazaba ningún trabajo porque todo representaba un reto y una oportunidad.
Mi encuentro con la fotografía de arquitectura
Aunque había experimentado con distintas disciplinas fotográficas, una parte importante del trabajo lo hacía en colaboración con estudios de diseño gráfico y la mayoría de las fotos eran para ilustrar catálogos de producto. Pero todo cambió cuando llegó el encargo de un arquitecto. En el estudio ya trabajaba con cámara técnica de 9 x 12, el mismo tipo de cámara que se usaba también para fotografiar arquitectura, así que teniendo el equipo y el proyecto, decidí aceptar el encargo.
Recuerdo la sensación que me produjo la percepción que tuve del espacio a través del objetivo. Me di cuenta de que aquella fotografía nada tenía que ver con el trabajo de estudio que había realizado hasta entonces. Fui consciente de que no debía solo documentar el edificio, el espacio, sino que aquello requería algo más. Debía interpretar la obra de otra persona a través de mi mirada y aquello lo viví como un desafío.
El resultado de aquel trabajo fue publicado en diferentes revistas de arquitectura y lo cierto es que supuso una satisfacción tanto personal como profesional. A raíz de aquello y tras haber entrado en contacto con las revistas que habían publicado el trabajo, me planteé la posibilidad de centrar la actividad del estudio en la fotografía de arquitectura. De la mano de esta llegó la fotografía de interiores y creo que es importante hacer esta distinción porque, aunque a la hora de enfocar el trabajo se parta de una base parecida, en realidad el planteamiento no siempre es el mismo.
El reto de la fotografía de arquitectura
Es importante ser consciente de que cuando fotografías un proyecto estás dando una visión personal del trabajo de otra persona.
Es fundamental entender y respetar al máximo ese espacio que ha proyectado el arquitecto. La fotografía, como documento, debe ser fiel a esas intenciones, debe mostrar de manera honesta ese trabajo. Pero también hay que tener en cuenta que ese espacio va a ser primero interpretado y luego contado por el fotógrafo, lo que supone dotarlo de una carga emocional que se aleja del simple documento.
Por otra parte, a nivel técnico, pasamos de un espacio que se vive en 3 dimensiones y que genera sensaciones y emociones, a una representación bidimensional, a un plano, una representación en 2 dimensiones que debe transmitir la sensación que se tiene cuando se recorre o se habita ese lugar.
Dicen que lo ideal es que al ver las fotografías no necesites estar en el lugar para poder conocerlo. No creo que eso sea posible. El reto es aproximarse lo máximo a ese estado ideal.
Fotografía e Interiorismo
De mi trabajo para diferentes revistas del sector aprendí que fotografiar interiores tiene sus propios desafíos y en ocasiones contar un interior es más complejo de lo que parece. En la fotografía de interiores no solo es importante la distribución del propio espacio, o cómo se ve afectado por el recorrido del sol. Cuando trabajas para un interiorista, hay más elementos que intervienen en el espacio y que tienen su propio protagonismo. Hablo del mobiliario, de los complementos, de los colores que lo conforman o del diseño de las luces que crean los ambientes. Las imágenes deben reflejar las sensaciones que este conjunto de elementos generan en la persona que habita ese lugar. Conseguir a través de imágenes que alguien que nunca ha estado en ese lugar se sienta atraído por él, se sienta cómodo, tenga ganas de estar allí y quiera vivirlo. Por eso, a nivel técnico, considero que la elección de la óptica y los puntos de vista son extremadamente críticos a la hora de fotografiar un interior.
Fotografías de Mayte Piera
