El último proyecto de Crosson Architects es una vivienda en Taiharuru, inspirada en la construcción naval, que se integra en el paisaje costero de la región gracias a su volumetría y su materialidad, una piel de acero oxidado que otorga su nombre al proyecto, Fe3O4.
La casa se sitúa frente a la costa, en un entorno privilegiado, Bay of Islands, una microrregión subtropical de gran belleza e historia en el extremo norte de Nueva Zelanda. La mayor parte del programa se desarrolla en planta baja, disponiendo de dos habitaciones dobles, un baño, un aseo y un espacio diáfano donde se encuentra la cocina integrada con el comedor y el salón, que se abren hacia el este, ocupando el lugar privilegiado de la casa, con vistas al mar.
Este espacio fluye hacia el exterior creando un porche cubierto, extensión del salón al aire libre frente al mar.
Del mismo modo, se extiende en el extremo oeste, creando una segunda terraza, que disfruta de una mayor privacidad, la cual comunica con una pasarela exterior que recorre la fachada norte en toda su longitud.
El lado opuesto, la fachada trasera, la oeste, queda ocupada por el garaje de la vivienda.
La vivienda crece en altura en dirección al mar, creando un altillo donde se encuentra el tercer dormitorio, un volumen que "flota" sobre el salón comedor, al cual se accede desde una escalera que arranca del mismo. Dispone de un baño, un vestidor y un espacio de dormitorio con zona de trabajo, comunicado en los laterales con el espacio inferior y en su frente con el mar.
El volumen del edificio se asemeja a la carcasa de un barco apoyada boca abajo en la arena. Se abre en diversas costillas de diferente altura y anchura, de modo que integra las ventanas que iluminan los espacios interiores en los intersticios.
El cerramiento opaco lo constituye una piel de chapa de acero oxidada, cuyos tonos y texturas potencian la integración del edificio en el lugar, mientras que las carpinterías se cubren con vidrios traslúcidos que proporcionan privacidad al interior, creando además un interesante juego de luces durante el día y durante la noche, a modo de caja de luz.
Tan sólo en los espacios que vuelcan al mar se apuesta por la total transparencia, permitiendo disfrutar de las vistas.
Los revestimientos interiores se realizan en madera clara, que proporciona un ambiente cálido y acogedor.
Imágenes: Simon Devitt
https://crosson.co.nz/fe3o4-house-taiharuru/
http://www.lindesayconstruction.co.nz/portfolio/taiharuru-house