Una vivienda de estética moderna perdurable, un arquitecto que cambió la filosofía y el concepto de modernidad y lo adapto al uso de lo cotidiano manteniendo ambientes sofisticados.
El influyente arquitecto estadounidense John Lautner nace en el año 1911 en Marquette, Michigan. En la década de los años 30 emprendió su carrera profesional como becario durante seis años en el estudio de Frank Lloyd Wright, quien en 1933 le contrató para el proyecto Taliesin West. Fue en 1940 cuando comenzó su andadura en solitario y abrió su propio estudio en la ciudad de Los Angeles.
Reconocido por sus trabajos en la zona del sur de California, y su estilo en el que se combina la ingeniería y la funcionalidad con el diseño humano. Un arquitecto que rompe con formas orgánicas e incluso extravagantes en una era donde lo considerado moderno eran las formas rectas y rectangulares, Lautner afirmaba que los edificios con forma de caja servían para las cárceles o las casetas de perro. Durante todo su vida como arquitecto buscó nuevas formas y métodos constructivos, su idea era que las casas debían adaptarse a sus habitantes e incrementar su calidad de vida mediante el aire y la luz natural, una filosofía muy cercana a la del arquitecto japonés Tadao Ando, la estética de la arquitectura de Lautner, pese a incorporar elementos espectaculares, siempre transmite sensación de calidez y equilibrio.
Aunque durante su carrera profesional muchas de sus obras destacan notablemente, la casa Elrod es un proyecto muy particular, una joya de la era moderna futurista.
Construida en el año 1968 y diseñada para el talentoso diseñador de interiores Arthur Elrod, un cliente exigente con ganas de ser sorprendido. Los materiales dominantes del proyecto son el vidrio, el hormigón armado y la roca ya que la vivienda se asienta sobre un terreno escarpado y directamente sobre la roca que conforma el paisaje, algo que Lautner pretende destacar en particular modo incorporando este elemento a la composición. Estancias circulares y pilares curvos, líneas limpias con formas orgánicas determinan la estética general de la vivienda. Uno de los espacios más sorprendentes es el salón, se trata de una estancia circular, cubierta por una gigantesca pérgola de hormigón que se sostiene sobre unos pilares curvos y paños de vidrio, proporcionando ligereza visual y sensación de ingravidez, abriéndose y comunicándose al exterior, al igual que la piscina trata de introducirse en el recinto interior, aumentando la sensación de espacio exterior en este salón.
La decoración austera crea un ambiente muy neutro que permite que destaquen las sugerentes formas de la propia vivienda y el mobiliario de diseño. Mobiliario elegido por el arquitecto y el interiorista, de corte moderno y colorido: sofás amarillos, butacas azules…a modo de contrastar con los tonos oscuros del hormigón y la piedra.
Una vivienda que captó la atención de mucha gente y que se ha convertido en un mito gracias a su aparición en una de las películas de James Bond “Diamonds are Forever, 1971”. Una vivienda con casi cincuenta años de historia que mantiene un aspecto ultramoderno y actual, de hecho hoy en día sigue protagonizando publicaciones y spots publicitarios, firmas de moda de la talla de Gucci y Hugo Boss han publicitado sus colecciones en ella.