Grandes despachos

El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

La contundente presencia del conjunto de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas formado por iglesia, convento y oficinas, reemplaza en la década de los 60 a una templo de estilo neoclásico.

El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles TarínEl proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

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La contundente presencia del conjunto de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas formado por iglesia, convento y oficinas, reemplaza en la década de los 60 a una templo de estilo neoclásico.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia fachada principal

Este tesoro brutalista escondido en Madrid, obra del arquitecto Sánchez-Robles Tarín a finales de los años 60, claramente influenciado por los grandes maestros de la arquitectura moderna, no deja indiferente a nadie y es capaz de provocar con su imponente presencia, austeridad y recogimiento componiendo un conjunto único.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia cenital luz
Fotografías de Carlos Copertone


Entre 1967 y 1970, el arquitecto Cecilio Sánchez-Robles Tarín levantó un conjunto arquitectónico de iglesia, convento y oficinas, situado en la calle Conde de Peñalver en el barrio de Salamanca de Madrid. A pesar de la contundente presencia del conjunto, el edificio pasa desapercibido para la mayor parte de la gente, seguramente porque todavía no hay excesivo apego a la arquitectura moderna.

El proyecto recuerda al Palacio de la Asamblea de Chandigarh de Le Corbusier. Claramente inspirado por el arquitecto francés de origen suizo, influyó en el diseño final del proyecto que inició su construcción tan sólo 5 años después de que Le Corbusier terminara su palacio en la India.

Nuestra señora del rosario de filipinas chandigard Le corbusier
Palacio de la Asamblea de Chandigarh Le Corbusier
 

Pero su singularidad y originalidad no reside sólo en su estilo, si no en la manera de resolver la ubicación de los distintos usos que acoge el programa, diferenciando volúmenes de gran claridad formal, que se fusionan con el uso del hormigón en bruto en todos los elementos.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia campanario

La fachada de la iglesia se enmarca con los elementos verticales que separan los usos del interior. Uno de esos grandes elementos verticales se convierte en la torre de la parroquia, con una cruz que perfora el hormigón, dejando pasar el aire y la luz a través.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia fachada

La gran lámina curva de hormigón invita al usuario a entrar al interior a través de la rasgadura horizontal, pasando de una escala urbana, la calle, a una escala humana para llegar a un gran espacio de reunión. Cecilio Sánchez-Robles, un arquitecto experto en la edificación religiosa, decora las puertas con símbolos marítimos: el paso al interior es un recuerdo al paso del Mar Rojo y al Bautismo. Una vez en el interior,  la parte superior de la rasgadura acoge el coro.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia altar

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia escalera

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia  coro

La iluminación natural, como pasa en muchas de las obras de Le Corbusier, cobra también un gran protagonismo generando sensaciones durante el acceso ya que se pasa de un espacio iluminado, la calle, a la casi penumbra para encontrarte en el interior con una caída de luz perpendicular sobre el altar y una iluminación más sutil en el espacio de culto gracias a una cubierta fracturada que filtra la luz natural.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia luz cubierta

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia rasgadura cubierta

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia luz cubierta hormigon

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia luz cubierta altar

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia ilumiacion altar
Fotografías de Elena Gallego

En el convento, iluminado cenitalmente por un delicado conjunto de paralelepípedos de diferente dimensión y altura que perforan el techo, se repite la misma solución de la lámina de hormigón pero a una escala menor consiguiendo la unidad del conjunto con la finalidad de proteger las celdas conventuales del ruido y la actividad de la calle.

Nuestra señora del rosario de filipinas Cecilio Robles Sanchez Tarín fotografia convento
Fotografía de Carlos Copertone

Por otra parte, las oficinas, separadas por el campanario, se resuelven mediante un brise-soleil que ayuda a filtrar la luz hacia el espacio de trabajo, unos de los elementos característicos de Le Corbusier.

Fotografías de Elena Gallego, Carlos Copertone

 

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5 Comentarios
Imagen de Anónimo
El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

Horroroso edificio.

Imagen de mbusca
El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

#1 Buenos días Alejandro agradecemos y respetamos su comentario. Sin embargo debe de tratarse de una cuestion subjetiva ya que, personalmente, lo encuentro armonioso e interesante.

 

Gracias

Un saludo

Horroroso edificio.

Imagen de Anónimo
El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

Un magnífico edificio.
En pocos edificios religiosos se consigue el impresionante efecto que se consigue en el interior de este endificio.
Es fácil emocionarse cuando estas dentro.
Arquitectónicamente tiene un interesantisimo tratamiento del encofrado y lo que hace este arquitecto con la luz es simplemente delicioso.

Imagen de Anónimo
El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

El edificio anterior no era de estilo neoclásico, si no de estilo neogótico. Fue un proyecto firmado por el arquitecto Carlos de Luque (famoso por diversos edificios de estilo modernista en Madrid) construido en 1918. Muchos edificios de este arquitecto fueron víctimas de la piqueta (como tantos otros) debido a la manía especulatoria y destructiva que dominó el panorama arquitectónico madrileño en los años sesenta y setenta. Esta engendró obras como la construcción brutalista objeto de esta publicación, que resulta incongruente en el entorno urbano y arquitectónico eminentemente tradicional y clásico en la que se encuadra.

Imagen de Anónimo
El proyecto “brutalista” de Sánchez-Robles Tarín

A pesar de que ya desde fuera se intuye que es una gran obra de la arquitectura brutalista, ha sido un auténtico placer conocer el espacio interior; sobrio, delicado, con un uso arquitectónico de la luz maravilloso, en el que las formas cumplen una función o tienen su razón de ser para diferenciar usos y nada es gratuito o decorativo.

Desde la antiguedad no se ha hecho otra cosa que copiar a los clásicos.
Hasta la llegada de la arquitectura moderna.
Neoclasicismo, neogótico, neobarroco... son poco más que copias mejor o peor resueltas y efectivamente, es un barrio en el que los neos están muy presentes.

Por eso es muy de agradecer que se cuelen de vez en cuando estas joyitas de la arquitectura moderna, con su carácter y personalidad propias. Lo dicho, un auténtico placer.

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