Ramón EsteveLa casa El Bosque, se sitúa en una zona residencial de la localidad de Chiva, en Valencia. Finalizada en 2014, esta vivienda de 608 m2 recibe su nombre de la gran pinada por la cual se encuentra rodeada, y que el arquitecto integra en los espacios interiores.
El objetivo del proyecto es crear una serie de recintos exteriores vinculados a los espacios interiores de la casa, según el grado de intimidad de cada uno de ellos. Cada pieza tiene una altura que varía en función de su uso, obteniendo así una planta en forma de cruz que organiza el espacio exterior.
Dos grandes muros de piedra protegen la entrada. A medida que el visitante avanza, el espacio se vuelve más permeable, dejando entrever el jardín de la piscina a través de la celosía del porche de la cocina.
El acceso a la vivienda se produce bajo una cubierta de tablones de madera que proporciona una escala humana al vestíbulo de ingreso. La textura del material bajo la luz rasante que baña el espacio a través de un lucernario, crean una atmósfera cálida y acogedora. El volumen de madera actúa como distribuidor y conector de las diferentes piezas, a la vez que se abre a los todos espacios exteriores.
Los otros dos cuerpos contienen, uno el dormitorio principal, y el otro dos dormitorios en planta baja y un estudio en planta primera. Unos porches pasantes alargan las piezas, creando zonas exteriores donde vuelcan y se prolongan las estancias.
Los muros de mampostería se combinan con las carpinterías de madera de afrormosía para crear un universo íntimo y amable. Unas celosías de acero corten completan la paleta de materiales y se utilizan como elementos de cierre en los porches. La lámina de agua evoca una charca en la que queda reflejada la vivienda y parte de la vegetación.
