Bio-plásticoTecnologías de última generación nos permiten ser capaces de producir nuevos y mejorados materiales, pero es ahora el momento de dedicar esa tecnología a la investigación de materiales sostenibles.
Siendo conocedores de la peligrosidad contaminante de los plásticos fabricados a base de petróleo, las políticas públicas y la tendencia industrial se orienta a la reducción tanto del consumo como de la producción de plásticos contaminantes, es por ello que científicos, investigadores y empresas innovadoras a nivel mundial buscan alternativas para obtener materiales alternativos para conseguir la fabricación de bio-plásticos.
El principal problema que se encuentra es que el plástico tradicional no es biodegradable, por lo que al destruirse se convierte en elementos de dimensiones ínfimas llegando a ser tan imperceptibles que se introducen dentro de la cadena alimenticia de los seres vivos, suponiendo un gran peligro para todos ya que en la cadena trófica se incluyen todos los seres vivos incluyendo los seres humanos.
Actualmente ya se conocen materiales alternativos de similares características, que aunque la industria del plástico es un negocio multimillonario y frena su desarrollo, algunos países y empresas con mayor conciencia ambiental ya han optado por ellos para intentar mejorar el medio ambiente mediante alternativas ecológicas y sostenibles.
En los últimos años los materiales alternativos más significativos se conocen como:
MycoBondTM: un sustituto del poliestireno expandido fabricado a partir de hongos. Eben Bayer y Gavin McIntyre son los investigadores responsables de este nuevo material creado a partir del Mycelium, la parte vegetativa de los hongos con forma ramificada filiforme con una curiosa capacidad adhesiva, junto con desechos agrarios de hongos y cáscaras de arroz y trigo.
PLA: Plástico que se genera a partir del almidón del maíz. Utilizado para la fabricación de CD’s y envases para comida.
Piel de tomate: bolsas de la compra biodegradables más económicas que las bolsas fabricadas con maíz y patata que se encuentran actualmente en algunos supermercados. Una colaboración entre científicos del Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla y científicos de la Universidad de Málaga han sido capaces de desarrollar esta nueva alternativa de plástico ecológico en el cual sólo se utiliza como único ingrediente la piel del tomate, pudiendo aprovechar el resto de materias primas para fines alimenticios.
Plátanos o bananas: la joven Elif Bilgin, responsable del proyecto “Going Bananas”, un proyecto finalista en la competición Google ScienceFair, creó plástico a partir de la cáscara de esta fruta. Un proyecto que da como resultado un plástico que se mantiene inalterable y resistente, tan fácil de producir que se puede hacer incluso en casa.
Shrilk: a partir de seda y la piel de los camarones resulta un plástico translúcido no tóxico, utilizado principalmente para crear objetos desechables. Un proyecto de Javier Fernández, científico de materiales de la Universidad de Harvard.
Cáscara de patata: en el laboratorio de la Universidad de Leeds se ha descubierto que con el etanol y las resinas compuestas obtenidas del proceso de fermentación del almidón de la patata es posible generar un plástico que, incluso, es susceptible de mezclarse con otros materiales para conseguir un material con características similares a la fibra de vidrio.
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