Arquitectura fantasma: Reconstruyendo el tiempoEdoardo Tresoldi es el autor de esta majestuosa escultura arquitectónica construida sobre las ruinas de una basílica paloeocristiana. El proyecto fue galardonado con el prestigioso premio “Medalla de Oro de la Arquitectura Italiana” en 2018
En 2016, se inauguraba el parque arqueológico de Siponto en Manfredonia, ciudad situada en la Apulia, región meridional italiana. La antigua Siponto se convirtió en una notable colonia romana a partir del s. II a.C. debido a la importancia que adquirió su puerto, uno de los principales del sur de la península itálica. Posteriormente, la ciudad se transformaría en la sede de una de las diócesis más relevantes de esta región.
Durante el siglo XIII, una serie de desgracias afectaron Siponto. El área del puerto se convirtió en una zona pantanosa y dos terremotos violentos destruyeron la ciudad. Siponto fue abandonada y todos sus habitantes se mudaron a la cercana Manfredonia, una nueva ciudad fundada por el hijo del emperador Federico II de Svevia.
El conjunto arqueológico actual está formado por los restos de una basílica paleocristiana y por la iglesia medieval de Santa Maria Maggiore que se alzó, en parte, sobre los restos de la anterior basílica y que representa un destacado ejemplo de arquitectura románica pullesa.
Para presentar y apreciar el área arqueológica de la antigua iglesia paleocristiana se realiza un proyecto especial titulado “Donde el arte reconstruye el tiempo”. Se trata de una majestuosa instalación metálica obra del artista italiano Edoardo Tresoldi que revive la forma de la antigua basílica.
El proyecto, impulsado por el Secretariado Regional MiBACT y la Superintendencia Arqueológica de la Apulia, supone una gran innovación en el campo de la conservación y la valorización del patrimonio histórico y arqueológico. Asimismo, éste representa una exitosa síntesis entre el contenido científico y su comunicación al público.
La enorme escultura arquitectónica de Tresoldi resucita la antigua basílica. La instalación de 14 metros de altura construida con 4.500 m de malla galvanizada electrosoldada es la más grande del mundo realizada con este material. La estructura de 7 toneladas delimita una vasta zona pero al mismo tiempo su transparencia y su aspecto ligero consiguen la integración del conjunto con el contexto en el que se emplaza.
El artista y su equipo tuvieron cierta libertad artística durante el proyecto creativo debido a la falta de algunos datos científicos ciertos sobre la estructura y el tamaño de la antigua iglesia.
El concepto base del proyecto era perseguir la reconstrucción del tiempo. Siguiendo esta premisa, la instalación se convierte en un puente que une lo antiguo con el mundo contemporáneo. Con una estética de modelado tridimensional informático, la estructura ha sido esculpida para componer formas arquitectónicas. Nos encontramos con cúpulas románicas, ventanas, columnas y arcos reconstruidos con superposiciones de malla metálica. De noche, un conjunto de focos ilumina la construcción y ésta aparece como el fantasma de la basílica que ya no existe.
La potencia visual de esta singular escultura consiente unir en un mismo proyecto arte, arquitectura, paisaje, historia y ambiente. Con un nuevo enfoque del concepto de restauración, la estructura permite al visitante explorar el espacio y relacionarse con el pasado y la historia del lugar.
El artista ha interpretado el genius loci de la antigua Siponto utilizando el lenguaje arquitectónico como instrumento expresivo y clave de lectura del lugar. En esta maravillosa obra los límites físicos se disuelven, a través de la diafanidad establece relación con el paisaje y el uso de un material industrial contemporáneo conecta el presente con el pasado transportando el visitante a una dimensión espacio-tiempo única.
Escrito por Aina Pérez i Verge desde TURÍN
Fotografías de Blind Eye Factory
