Alejandro Aravena, Pritzker 2016ARQUITECTURAYEMPRESA se ha tomado unos días para reflexionar sobre un artículo que pudiera aportar a sus lectores algo sustancial sobre la figura del flamante nuevo Pritzker, el chileno Alejandro Aravena. Nuestro colaborador Julio Gómez-Perretta, que ha visitado varias veces Chile como Comisario de la Exposición “La ciudad iberoamericana”, y fue organizador del Congreso Iberoamericano de Urbanismo celebrado en Valencia nos dibuja un perfil del ganador del importante premio.
ANTECEDENTES DEL GRAN MOMENTO DE LA ARQUITECTURA CHILENA
La primera vez que visite Chile fue en 1985 y todavía el dictador Pinochet daba sus últimos coletazos. Recuerdo que nos reunimos en casa del arquitecto Beto Eliash una noche de febrero mientras en la calle un par de coches de la secreta hacían guardia. A la salida, pasada ya la hora límite del toque de queda, los policías abordaron mi taxi y procedieron a un estricto cacheo que me hizo recordar los tiempos de nuestra dictadura.
Entonces la arquitectura latinoamericana vivía tiempos de ebullición. Por aquellos días, Eliash dirigía una revista que se llamaba ARS. En torno a ella, un amplio y heterodoxo movimiento de arquitectos entre los que estaba el argentino Jorge Moscato, los peruanos Pedro Belaunde y Juvenal Baracco, el heterodoxo colombiano Simón Velez…. estaban intentando encontrar la síntesis entre la modernidad y el compromiso social de la disciplina arquitectónica.
La arquitectura moderna se generalizó realmente entre los profesionales latinoamericanos durante las dos décadas posteriores a la gran guerra (1950-1960), coincidiendo con una etapa de gran expansión económica y un enorme flujo de inmigración del campo a la ciudad. La primera época de los grandes maestros como Niemeyer, había dado paso a una generación brillante que había tratado de resolver la implosión de la ciudad con las herramientas de la arquitectura moderna.
Ciriani y Seone en el Perú del presidente y arquitecto Fernando Belaunde, el colombiano Rogelio Salmona o el grupo encabezado por Clorindo Testa en Argentina, habían vivido la efervescente realidad socioeconómica de los años sesenta y también el agotamiento progresivo del modelo desarrollista en los setenta, del que surgieron los movimientos populares revolucionarios y finalmente las dictaduras militares.
COLEGIO ALEMAN DE HUMBERTO ELIASH
Cuando yo llego a Chile en 1985 el Movimiento moderno está ya seriamente cuestionado y en Latinoamérica se está abriendo un tiempo de debate, no exento de cierta confusión, entre las tendencias postmodernas, la incipiente búsqueda de las raíces autóctonas y un sociologismo populista de cuestionables resultados arquitectónicos.
Conozco entonces a un arquitecto peculiar, simpático y vividor, fascinante en suma, llamado Cristian Boza, que será puente entre generaciones hasta el extremo de proyectar su casa con el mismo Mathias Klotz del que ya hemos hablado en esta revista; de la misma forma que hicimos un artículo sobre Cristian Undurraga, otra emergente figura chilena.
CASA DE CRSISTIAN BOZA, REALIZADA POR BOZA Y MATHIAS KLOTZ
La facultad de arquitectura de la Universidad Católica, en donde enseña Eliash, es el epicentro de este magnífico tiempo de la arquitectura chilena. Decíamos al hablar de Mathias Klotz que encontrábamos una cierta relación, por su componente geográfica periférica, entre la arquitectura nórdica y la chilena. Compartían su peculiar y excéntrica visión de lo moderno, desde la perspectiva que proporciona su alejamiento de los grandes centros culturales y económicos.
El regusto por la recuperación de recetas autóctonas, su empleo de la madera y de materiales propios, la necesidad de construir bien para contrarrestar las duras exigencias climáticas, en fin su capacidad reflexiva y su sensibilidad hacia los problemas habitacionales, son puntos de coincidencia entre arquitecturas tan alejadas como la norte europea y la chilena.
Aravena nacido el 22 de junio de 1967 en Santiago de Chile es sin duda el producto final de décadas de reflexión entre los arquitectos del cono sur americano.
Tiene Aravena el acierto de trasladarse a Venecia para seguir los estudios de postgrado del Instituto Universitario de Arquitectura a la vez que sigue los cursos de grabado de la Academia de Bellas Artes. Después empieza una carrera docente que impartirá en la católica de Santiago y también como docente invitado en Harvard.
En el año 2001 forma con los arquitectos Gonzalo Arteaga, Diego Torres, Víctor Oddó y Juan Ignacio Cerda, el grupo ELEMENTAL SA. En colaboración con el ingeniero Andrés Iacobelli comienza entonces un periodo fecundo de estudio y proyectación de soluciones habitacionales para las poblaciones más humildes del país. La idea más novedosa e interesante que ponen en práctica es la de proyectar viviendas que puedan crecer en el tiempo, en función de la propia evolución demográfica y económica de los moradores; son las llamadas “casas expansibles”.
El concepto se basaría en gastar los limitados recursos que se tienen al empezar las obras en realizar correctamente la base de una casa (Cocina y estancia principal) que podrá crecer en el tiempo; es decir, no limitar desde el principio el posible resultado final de la obra cuando se tenga la posibilidad de ir mejorándola. Los ejemplos más importantes de esta actividad son: las viviendas sociales en Quinta Monroy, el conjunto de Villa Verde y las viviendas en Monterrey (Méjico)
VIVIENDAS SOCIALES EN MONROY VIVIENDAS A MITAD DE “VILLA VERDE”
VIVIENDAS EXPANSIBLES EN MONTERREY
Sin embargo, estaríamos muy equivocados si pensáramos que Aravena es solo eso, un buen gestor proyectista de viviendas sociales, que ha recibido el premio Pritzker por su compromiso por los más humildes en un país emergente. Alejandro Aravena es además un arquitecto que diseña y resuelve problemas complejos para clientes muy diversos. Uno de los primeros proyectos importantes es la Escuela de matemáticas de la Universidad de Santiago de Chile, resuelto a base de una estructura en “pliegues” que unifica y da coherencia a una compleja composición arquitectónica.
Además, Aravena es un escultor de arquitectura, un creador de formas que busca en la contundente simplicidad de la geometría la belleza de la forma. Parece reflejar a veces la imagen ciclópea de la arquitectura Inca, tallada en roca pura como en el Centro de Innovación de la UC o bien hecha de frágil cristal, como en las Torres Siamesas de la UC.
En esa misma línea podemos situar la obra más reciente, del 2015 del Edificio de Oficinas Novartis, que insiste en la forma ciclópea y monumental, de una gran belleza plástica, y por supuesto el proyecto de Casa Ocho Quebradas que tiene la lírica de un exquisito dibujo de Piranesi azotado por las olas.
EDIFICIO DE OFICINAS NOVARTIS (2015) CASA OCHO QUEBRADAS
Elemental SA ha realizado también diversos proyectos educativos en Chile como La Escuela Aurelia Rojas Burgos de 2013, situada en Santiago, el Colegio Huelquen Montessori algo más antiguo, del 2001, o el reciente Ayelen School en la localidad de Rancagua. También es de Aravena la nueva Facultad de Medicina de la UC.
COLEGIO AYELEN DE RANCAGUA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UC
En resumen, el Premio Pritzker de este año no ha recaído evidentemente en un arquitecto senior al que se le otorga como premio a toda una vida de trabajo profesional, sino que se le ha dado a un arquitecto todavía joven, pero con dos grandes méritos en su currículo: el haber intentado con éxito resolver desde la disciplina arquitectónica el eterno problema de la vivienda social y el de haber encontrado un lenguaje esencial, poético y plástico… y de profundas raíces, para su arquitectura. Tal vez sea síntoma también de que empiezan a escasearnos los indiscutibles maestros seniors o ya están todos premiados.
Aravena y Elemental SA, deben ahora de dar el salto a la arquitectura global, como ya hicieron en el año 2008 proyectando la Residencia para la Universidad St. Edwards, Austin, Texas, Estados Unidos.
RESIDENCIA DE ESTUDIANTES ST. EDWARDS EN LA U. AUSTIN
Es interesante saber que todavia surgen grandes arquitectos-escultotes.