Nueva sede para la SEMINCI en Valladolid

En este proyecto la importancia reside en la nave existente y cómo este espacio ya heredado interactúa con los nuevos volúmenes, formando un conjunto. Se intenta intervenir lo menos posible y con un elemento sencillo para solucionar los diferentes espacios que se plantean, para mi, esa solución reside en el muro perimetral, que conforma una caja y que juega con su grosor, en ciertas partes actúa como una lamina protectora del edificio que reside en su interior, dando sensación de fortaleza y protección, donde se abren huecos para crear visuales marcadas. Si miramos desde el exterior, un espacio congelado y preservado durante años, mientras que si miras desde dentro de la caja hacia fuera, ves la ciudad con su ritmo cambiante. En otras partes el muro aumenta su grosor, de forma que se habita, formando dos construcciones que franquean el edificio heredado, cerrándose al exterior y abriéndose hacia el interior; centrando toda su atención en aquello que ya existía.