Desde el origen de la concepción y ordenación del Campus se planteó la posición y existencia de un edificio emblemático, el de Dirección, Administración y Biblioteca que adoptara la situación más singular dentro de la visión global del Campus. Esta posición, por condiciones de topografía, coincide con el acceso principal y se convierte en el vértice superior y origen del espacio público central. Por ello, el edificio adquiere una doble condición de puerta de recepción al Campus y de atalaya interior que domina desde el punto más alto la perspectiva visual del conjunto. Este edificio emerge volando sobre la primera plaza de esa secuencia que configura el espacio diagonal central, protegiéndola y caracterizándola como el espacio de relación de la comunidad universitaria.