Un proyecto audaz para un gran arquitecto, convirtió una capilla militar en un símbolo de la arquitectura moderna.
Arquitecto estadounidense nacido en el 1920 y fallecido en el 2008, uno de los grandes arquitectos que gozaban de una visión realmente futurista y atemporal, un grande que supo navegar a contracorriente y consiguió el éxito y la admiración de muchos otros arquitectos amantes de la arquitectura.
Descrita como arquitectura brutalista el estilo de sus proyectos, lo que realmente fascinaba a Walter Netsch era el uso de la geometría y la matemática pura de las formas plasmada sobre sus diseños. Su seña principal conocida por el nombre de ‘Field Theory’ (teoría del campo) se basaba en rotar y combinar cuadrados hasta conseguir formas complejas.
De formación universitaria y militar en arquitectura e ingeniería, en el año 1946 empezó su andadura profesional trabajando para L.Morgan Yost en Keniwrorth, Ilinois, un año después en Oak Ridge, Tennessee donde se unió a Skidmore, Ownigs y Merrill donde con el tiempo se convirtió en su socio y permaneció en la firma hasta 1979. Dos años más tarde, en 1981 comenzó su propia andadura individual.
Fue en 1954 cuando el equipo de arquitectos SOM fue seleccionado para el proyecto de la Academia de las fuerzas Aéreas de Colorado, la academia abría sus puertas en 1958 y las obras de la Capilla terminaron en 1962. Un proyecto para una iglesia con forma tetraédrica, cuyas cuatro caras son triangulares, un concepto innovador incluso para Walter el cual siempre trabajaba con formas rectangulares basadas en el número siete y el tres y medio. Diecisiete torres triangulares apuntando hacia el cielo, con cuarenta y seis metros de altura, ochenta y cinco metros de longitud y veintiséis de anchura, es el total de las dimensiones de esta estructura de aluminio, vidrio y acero. Vidrieras realizadas con cristal de Murano de color rojo, azul y amarillo, los colores de la Bauhaus, una elección del equipo de los arquitectos indiscutible ya que representa el movimiento en el que crecieron como profesionales.
Una capilla tan particular por su diseño como por su funcionalidad, su interior acoge diversas capillas consagradas a diferentes credos, un espacio para los protestantes, otro para los católicos, otro para islamistas, otro para judíos y otro para budistas, además de una zona exterior dedicada los ritos espirituales y chamánicos.
Un proyecto de gran magnificencia que incluso hoy en día resulta impresionante. Veinticienco años después de su inauguración, en 1982, recibió el premio ‘American Institute of Architects’.
Extraordinario, gran obra , un gran orgullo para los arquitecto, y yo que soy estudiante de arquitectura. Gracias