Volver a la tierra ©Alvaro CastellanoEl proyecto de Alvaro Castellano bautizado como Volver a la tierra consigue el tercer premio en la segunda edición del concurso Concurso PFC Arquitectura y Empresa. Un proyecto que consigue devolver la conexión entre la vida, la muerte y la tierra como su origen.
Habiendo conseguido una gran participación en la primera edición del Concurso PFC Arquitectura y Empresa, esta segunda no ha quedado atrás, no solo ha sido todo un éxito con el número de participaciones sino que el nivel de los proyectos participantes ha sido elevado. En esta ocasión os presentamos uno de los tres proyectos ganadores, Volver a la tierra de Alvaro Castellano queda como el tercer clasificado en esta segunda edición, un proyecto de nuevo cementerio que consigue enlazar los conceptos efímeros de vida y muerte con nuestro origen que nace de la tierra.
Churriana de la Vega, la cual fue en su origen una pequeña alquería en el cruce de dos caminos. Casi absorbido por el pueblo, descansa el cementerio actual, el cual ha quedado escaso y es necesario construir uno más grande y alejado, concretamente en el corazón de la vega.
La relación más evidente entre población y cementerio es el camino que los conecta, un itinerario ritual aún vigente, donde los familiares del difunto siguen al coche fúnebre.
La parcela contiene viviendas, aperos y gran variedad de cultivos;un conjunto de enorme riqueza, un jardín prácticamente terminado.
Nuestra forma de afrontar la muerte está cambiando: la cremación va en aumento, aparecen rutas de cementerios (necroturismo),algunos ofrecen actuaciones musicales…Una nueva tipología de cementerio no debería ignorar estas sensibilidades. Los cementerios también utilizan procesos que provienen de la agricultura y la jardinería. Esta lógica marca la estrategia de proyecto, la aproximación entre cultura agrícola y funeraria, pasando de vega a cementerio, sin dejar de ser vega.
Heredando técnicas propias de la agricultura, el proyecto integra una red de riego por goteo tanto vertical como horizontal. Trazas, caminos, olivos o aperos son conservados en su mayoría. Los muros de nueva construcción se enroscan alrededor de la arquitectura existente y la absorben. El espíritu del lugar sigue vivo, aunque congelado en el tiempo, como un recuerdo fosilizado de lo que una vez fue.
Todo el recinto funcionacomo un circuito cerrado. Las flores en descomposición terminan en una planta de compostaje que abonará los jardines. La cremación convencionales reemplazada por la biocremación o hidrólisis alcalina, ya que no genera gases de efecto invernadero y consume ocho veces menos energía. La ceniza podrá enterrarse con la semilla de un árbol en viveros dentro del cementerio. Las acequias recogen las aguas pluviales de las cubiertas vertiéndolas en depósitos como apoyo al riego por goteo. Éste alimenta jardines verticales delante de los nichos, maceteros sobre fosas de enterramiento, árboles sobre urnas funerarias…
Las acequias se convierten en albercas, los arados en fosas de enterramiento ajardinadas, los muros agrícolas en nichos con jardines verticales y los aperos en patios.
Una de las posibilidad es tras la biocremación es plantar un árbol sobre las cenizas del familiar aprovechando el antiguo semillero de tabaco existente. Una urna biodegradablecontendrá la ceniza y la semilla de una especie elegida, creando un pequeño vivero donde cada árbol tendrá un nombre.
La conmemoración de los difuntos a través de las flores es ancestral y su acumulación en largos muros genera en nuestra memoria una imagen característica: el jardín vertical. Sin embargo, esta costumbre está en receso, y las flores son sustituidas por plantas artificiales. El proyecto reinterpreta esta tradición. Un sistema de riego por goteo alimenta todo un tapiz vegetal que recuerda a las plantas de parra adheridas al muro agrícola.
Los familiares podrán elegir las flores en un catálogo de especies autóctonas que introducirán en los orificios de las puertas de los nichos. Éstas, atornilladas a un cajón pivotante, alojan una matriz de maceteros donde la planta extenderá sus raíces. El riego y el drenaje están integrados. Interiormente,unatapa cierra el nicho haciendo el conjunto muy estanco.
Los aperos y viviendas existentes se transforman en patios interiores o velatorios. Un proyecto que consigue que la muerte también pueda ser un homenaje a la vida, un principio, una semilla.
©Alvaro Castellano
©Arquitectura y Empresa
