REHABILITACIÓN

“La Seca”, Espacio Escénico Joan Brossa

Respeto y sensibilidad hacia el edificio histórico sobre el que se interviene son las claves del éxito de esta intervención en “La Seca”. El legado histórico sigue presente y en sintonía con el nuevo uso artístico que se desarrolla en su interior.

“La Seca”, Espacio Escénico Joan BrossaRehabilitación de "La Seca". Meritxell Inaraja. © Fotos WENZEL

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Respeto y sensibilidad hacia el edificio histórico sobre el que se interviene son las claves del éxito de esta intervención en “La Seca”. El legado histórico sigue presente y en sintonía con el nuevo uso artístico que se desarrolla en su interior.


“La Seca” toma el nombre de la Seca Real o Real Fábrica de Moneda de la Corona de Aragón. Deriva de la palabra árabe “sekka”, lugar donde se fabrica moneda. La Real Fábrica de Moneda de Barcelona acuñó moneda de forma discontinua entre los siglos XV y XIX. Se emplazaba en un conjunto de varios edificios en el barrio de la Ribera. El que se sitúa en la calle Flassaders nº40 es el que se ha rehabilitado como centro de artes escénicas.





La estructura principal del edificio data del siglo XVII, momento en el que se transformó totalmente el conjunto. Cuando la fábrica dejo de acuñar moneda el edificio se utilizó para otros usos esto se tradujo en una serie de cambios en su fisonomía. Se realizaron modificaciones en los forjados durante el siglo XIX y a principios del siglo XX se cubrió el patio exterior de planta primera creando una nave en plata baja que se utilizó como almacén.





En fase anterior a la restauración se realizaron prospecciones arqueológicas para documentar cronología y tipología constructiva de las distintas edificaciones, tanto a nivel de subsuelo y pavimento como de estructuras murarias. Los vestigios encontrados en el subsuelo de la antigua fábrica de moneda se documentaron y protegieron adecuadamente bajo el nuevo pavimento. El estudio realizado en los muros determinó alturas y niveles anteriores a las modificaciones del siglo XIX, que quedan patentes en el espacio de la escalera. La propuesta final muestra todas las intervenciones que el edificio ha sufrido a lo largo de la historia, las diferentes épocas constructivas son visibles en sus muros, incluso se manifiestan algunas trazas de época medieval.





El proyecto, de la arquitecta Meritxell Inajara, mantiene la tipología del edificio original, conserva la sala existente en planta baja y la disposición de los espacios en las otras plantas alrededor del patio. Dos nuevos elementos se construyen dentro del conjunto para adaptarse al nuevo uso y a la normativa sin desvirtuar en ningún caso el edificio histórico.





El primero, un vacío interior de tres plantas de altura articula las estancias proporcionando al espacio una escala más adecuada para albergar su nuevo uso público. Una celosía de ladrillo cerámico visto cierra este espacio en su fachada al patio de planta primera proporcionando una entrada de luz natural al acceso en planta baja. El segundo, un puente cerrado y cubierto en segunda planta que conecta los dos sectores permitiendo un recorrido de visita circular. Éste se materializa con lenguaje contemporáneo, también con ladrillo cerámico macizo visto.





La escalera principal se ubica en el espacio interior de la torre medieval, que preserva todas las trazas y huecos del paso de la historia. Convirtiéndose en núcleo de toda la actividad.



© Fotos: Fotografía de Arquitectura WENZEL



© Maquetas Meritxell Inajara

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