GRANDES MAESTROS

La arquitectura que aterrizó de Marte: Suuronen y Futuro Corporation

Más cercana a la iconografía de la ciencia ficción que a una tipología arquitectónica residencial, la propuesta del finlandés Matti Suuronen Futuro House (1968) suponía un nuevo tipo de hábitat, prefabricado y asequible, fácilmente transportable y adaptable a cualquier lugar, que explotaba las posibilidades de los nuevos materiales plásticos.

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Más cercana a la iconografía de la ciencia ficción que a una tipología arquitectónica residencial, la propuesta del finlandés Matti Suuronen Futuro House (1968) suponía un nuevo tipo de hábitat, prefabricado y asequible, fácilmente transportable y adaptable a cualquier lugar, que explotaba las posibilidades de los nuevos materiales plásticos.


La Guerra Fría, y las tensiones de la carrera armamentística, tuvo su paralelo en la carrera espacial entre Estados Unidos y la antigua URSS. El lanzamiento del satélite artificial soviético Sputnik, en 1957, iniciaba el proceso de exploración del espacio con hitos como el primer satélite americano, el Explorer I, lanzado en 1958; la llegada a la luna de la sonda soviética Mechta o Luna I, en 1959; el lanzamiento del primer astronauta, Yuri Gagarin, en 1961; o la puesta en órbita del satélite de comunicaciones Telstar, en 1962; y que culminaría con el alunizaje de la nave Apollo 11 y el primer paso de Neil Armstrong en la luna, el 20 de julio de 1969, retransmitido en directo a 500 millones de espectadores.




Fotograma de 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968)



El desarrollo de los materiales plásticos y la estética aeroespacial se combinó en propuestas arquitectónicas utópicas, piezas de diseño, mobiliario e, incluso, moda, de carácter pop. La imagen espacial desarrollada por los cómics y el cine de ciencia ficción se difundió entre los medios de comunicación. En este contexto, el arquitecto finlandés Matti Suuronen (1933-2013) diseñaba, en 1968, la denominada Futuro House, un pequeño habitáculo con clara reminiscencia a las naves espaciales extraterrestres.




Fotografía de Scott McCarten



El proyecto se planteó desde un punto de vista práctico, permitiendo su fabricación en serie a partir de una cáscara elíptica de poliéster reforzado con fibra de vidrio. Su pequeño tamaño y su peso ligero permitían, según la publicidad del momento, que fuera transportada en helicóptero.





La edificación se componía de 16 módulos idénticos de plástico, que podían ser fácilmente ensamblados en el lugar donde se fuera a colocar. La burbuja resultante se apoyaba sobre un anillo metálico, y todo el conjunto quedaba soportado por cuatro apoyos dobles, también metálicos, que la levantaban del suelo, consiguiendo la imagen de un platillo volante.






Fotografías de Gili Merin



Su carácter prefabricado permitía el montaje en fábrica, su traslado, el fácil ensamblaje en la localización elegida e, incluso, su desmontaje para iniciar un nuevo ciclo vital en otra ubicación. La adaptación de los soportes a terrenos de difícil topografía, con pendientes de hasta veinte grados, o el empleo de dados de hormigón para la cimentación, evitaban los trabajos de excavación o nivelación del terreno, posibilitando el montaje en solamente dos días y su reubicación casi en cualquier lugar.






Fotografías de Dennis Gerdes



Las pequeñas dimensiones (4 metros de altura, 8 metros de diámetro y unos 50 metros cuadrados útiles) hacían pensar, más que en una vivienda estable, en un uso de alojamiento temporal, una casa de vacaciones, un refugio de montaña o una cabina de esquí.







La planta circular acogía en pequeños sectores, dispuestos en el perímetro, todo el equipamiento necesario para hacerla habitable, incluyendo unas piezas de mobiliario que funcionaban como asientos, pero que permitían su transformación en tumbonas o camas individuales. Dependiendo del modelo, la Futuro House podía ser habitada hasta por 8 personas.





El interior resultante es una planta abierta, un vacío central como corazón de la zona de estar, cuyo perímetro ocupan las zonas húmedas y un dormitorio privado. Los módulos de asiento y el resto de mobiliario fueron producidos en serie para incorporarlos directamente a cada prototipo. Futuro House se comercializaba completamente equipada y amueblada.






Fotografías de Gili Merin



Para acceder a su interior, la escalera se formalizó como una escotilla que se despliega desde el casquete inferior. La puerta y las ventanas, con forma elíptica, se suman a la estética espacial, provocando que el artefacto se parezca más a una nave extraterrestre que a una edificación.






Fotografías de Gili Merin




Fotografía de Scott McCarten



Los prototipos comenzaron a fabricarse en la factoría Polykem de Hiekkaharju (Vantaa, Finlandia). El modelo Futuro n.º 000, en color azul claro, se fabricó en junio de 1968, como refugio de esquí en la población finlandesa de Turenki. Futuro n.º 001, en color amarillo, se realizó en agosto de ese mismo año, como casa de vacaciones junto al lago Puulavesi. Su presentación internacional se llevó a cabo en Londres en octubre de 1968, durante la Finnfocus Export Fair, donde se expuso en la cubierta de un ferry anclado en el Támesis el modelo Futuro n.º 002, también en color amarillo.




Fotografía de British Pathe Ltd.



Su popularidad se extendió rápidamente, como demuestran su participación en la muestra Internationale Kunststoffhaus Ausstellung der Welt, celebrada en 1971 en Lüdenscheid (Alemania), donde se expuso junto a otras casas del futuro como la Rondo House (1960) de Casoni + Casoni, o la “Burbuja de seis casquetes” (Bulle six coques, 1964) de Jean-Benjamin Maneval. En 1972, se instalaba en Saint-Ouen, delante del CNIT de La Défense, un nuevo prototipo que funcionó como cafetería.






Fotografía de Jean Ribière



A partir de la patente norteamericana, la empresa Futuro Corporation inició su comercialización en Estados Unidos o Australia, hasta que la crisis del petróleo de 1973 hizo inviable su producción al aumentar considerablemente los precios de los materiales plásticos. De los casi 100 modelos construidos, a penas se conservan la mitad, y sólo dos prototipos, el 000 en el Museum Boijmans Van Beuningen de Róterdam y el 001 en el WeeGee Exhibition Centre de Espoo (Finlandia), pertenecen a colecciones museográficas.




Fotografía de J-P Kärnä



Su estética pop, su imagen kitsch y su carácter naíf han convertido a Futuro House en un emblema de su tiempo, de la era espacial y la confianza en la tecnología, del desarrollo económico y el disfrute del tiempo libre. Su imagen aparece en todo tipo de merchandising, desde portadas de discos a papel pintado (como el fabricado por J. W. Walls), formando parte de la ambientación de cómics (como su aparición en las tiras de Zippy The Pinhead, de Bill Griffith) o protagonizando campañas publicitarias (por ejemplo, Diesel Verano 2010).






Fotografía de J. W. Walls




Fotografía de Diesel



El mismo día que Armstrong ponía un pie en la Luna, el 20 de julio de 1969, The New York Times hablaba de la llegada a la Tierra de Futuro House en el artículo “Saucer-Shaped House Arrives on Earth”. El mundo de la ciencia ficción se volvía realidad. El futuro ya estaba aquí.





Fotografías de Scott McCarten, Gili Merin, Dennis Gerdes, British Pathe Ltd., Jean Ribière, J-P Kärnä, J. W. Walls y Diesel



https://www.espoo.fi/fi/kulttuuriespoo-kulttuuritarjonta-samassa-osoitteessa



https://thefuturohouse.com/

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