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La arquitecta española Elisa Valero ganadora de la sexta edición del Swiss Architectural Award 17-18.

La arquitecta española se alza con el Premio de Arquitectura de Suiza 2018, que le será entregado el próximo 15 de noviembre, tras ser elegida por unanimidad entre los 32 candidatos, representantes de hasta 19 países diferentes, entre los que se encontraban otros colegas españoles de renombre. 

La arquitecta española Elisa Valero ganadora de la sexta edición del Swiss Architectural Award 17-18.La arquitecta española Elisa Valero ganadora de la sexta edición del Swiss Architectural Award 17-18.

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La arquitecta española se alza con el Premio de Arquitectura de Suiza 2018, que le será entregado el próximo 15 de noviembre, tras ser elegida por unanimidad entre los 32 candidatos, representantes de hasta 19 países diferentes, entre los que se encontraban otros colegas españoles de renombre. 


La arquitectura de Elisa Valero se caracteriza por el uso de volúmenes sencillos, donde los juegos de luz creados con huecos de distintos formatos y geometrías, que perforan el hormigón, visto o pintado, in situ o prefabricado, material fetiche de la artista, otorgan la carga expresiva y plástica a sus creaciones. Todas sus obras se caracterizan por la búsqueda de nuevos sistemas constructivos que apuestan por la sostenibilidad y la eficiencia energética, sin renunciar al uso de este material tan propio de la arquitectura contemporánea.



Cuenta en su carrera profesional con numerosos proyectos, entre los que destacan algunas tipologías arquitectónicas concretas, como la residencial, religiosa (tanto con obras de nueva planta como de rehabilitación), hospitalaria y educacional, estas dos últimas casi siempre relacionadas con espacios destinados a uso infantil.



Entre sus obras, 3 han sido las destacadas por el jurado como fiel ejemplo de la calidad de su arquitectura, las cuales se engloban dentro de algunas de las tipologías mencionadas.



La primera de ellas es el espacio de usos múltiples en la escuela Cerrillo de Maracena, un barrio de la periferia norte de Granada, de 2013-2014. Se trata de la ampliación de un antiguo colegio parroquial, proporcionando al mismo un espacio plurifuncional, conectado con el edificio preexistente en primera planta, elevándolo del plano del suelo, “apoyándolo” en algunas de las aulas existentes, para proporcionar una zona cubierta en el patio de juegos de los niños, proyectando sombra y resguardándolos a su vez de la lluvia.



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_fachada



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_fachada



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_PATIO CUBIERTO



El nuevo volumen contrasta con la antigua edificación con una imagen totalmente contemporánea, creada con un cerramiento de doble hoja de hormigón, en el que se intercala un panel aislante térmico de 20 cm de espesor, garantizando el confort del espacio interior gracias a su gran inercia térmica.



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_ENTORNO



Un juego de perforaciones en la hoja exterior, en este caso circulares, protagonizan el juego compositivo de la fachada, a la vez que crea un interesante juego de luces que enriquece el espacio interior, una caja desnuda. A su vez, actúa a modo de celosía, protegiendo el acristalamiento de la ventana, cercana a la zona deportiva del colegio, la cual queda enrasada con la hoja interior del cerramiento.



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_INTERIOR



arquitectura_Elisa Valero_escuela Cerillo_detalle ventana



El segundo proyecto son 8 viviendas experimentales en el Realejo, un barrio de Granada, situadas en una calle con una fuerte pendiente, de hasta 14 m de desnivel. Se integran en uno de los entramados más antiguos de la ciudad gracias a una imagen neutra, creada nuevamente con un cerramiento de doble hoja de hormigón con un potente aislamiento intermedio, que a su vez tiene función estructural, pintada de blanco, con sencillas ventanas dispersas como único elemento destacado de las fachadas.



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_entorno



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_fachada



Pertenecen a un grupo de cooperativistas, y junto a la gran eficiencia conseguida con el sistema constructivo utilizado, destacan por la variedad tipológica, tratándose de 8 viviendas exclusivas que se adaptan a los requerimientos particulares de cada propietario.



En todas ellas el hormigón visto protagoniza la estética de los espacios interiores.



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_acabados



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_baño



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_salón



Tan sólo en algunos espacios se recubre con una pintura blanca, como sucedía en las fachadas.



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_salón



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_salón



El edificio se dispone dentro de la parcela creando un espacio común ajardinado, en el que destaca una solera perforada que permite que el agua de escorrentía filtre en el terreno, jugando con el tamaño de los huecos para que actúen de alcorques en determinados casos, permitiendo la libre disposición de la vegetación.



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_fachada int



Destaca también en las zonas comunes el garaje de planta diáfana, conseguida gracias al sistema estructural empleado, que permite eliminar los pilares.



arquitectura_Elisa Valero_viviendas Realejo_garaje



El último de los proyectos destacados por el jurado, una Iglesia en Playa Granada, de 2015-2016, del mismo año que las viviendas, es otra clara muestra del lenguaje propio de la arquitecta. El edificio, situado muy cerca del mar, consta de un sencillo volumen de hormigón que descansa en un jardín abierto, del que destaca la torre que sobresale por encima de las edificaciones vecinas.



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_entorno



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_volumen



Nuevamente el hormigón es el protagonista tanto del cerramiento como de la estructura, con rasgaduras que configuran el esquema compositivo de las fachadas, a la vez que crea juegos de luz en el espacio interior. Estas perforaciones tienen un fuerte carácter simbólico, tanto por las formas creadas, como es el caso de la cruz de la fachada, o por su carga expresiva, como es el caso de la rasgadura que introduce luz natural que baña el altar.



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_rasgaduras luz



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_rasgaduras luz



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_rasgaduras luz



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_rasgaduras luz



arquitectura_Elisa Valero_iglesia Playa Granada_rasgaduras luz



Imágenes en: https://www.elisavalero.com/



 

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