GRANDES MAESTROS

Fritz Wotruba: el escultor que soñó con esculpir la arquitectura

La iglesia de la Santísima Trinidad de Viena, diseñada por el escultor austriaco Fritz Wotruba, se muestra como un volumen expresionista que se descompone en bloques de hormigón de diferentes dimensiones, resultado de la aplicación a la arquitectura de las características escultóricas que definen la obra de este artista.

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La iglesia de la Santísima Trinidad de Viena, diseñada por el escultor austriaco Fritz Wotruba, se muestra como un volumen expresionista que se descompone en bloques de hormigón de diferentes dimensiones, resultado de la aplicación a la arquitectura de las características escultóricas que definen la obra de este artista.


Uno de los escultores austriacos más interesantes del siglo XX es Fritz Wotruba (1907-1975), cuyo trabajo inicial, marcadamente figurativo, derivó, tras la guerra, hacia la abstracción de carácter geométrico.




Fotografía de Otto Breicha/Belvedere



Con el encargo de la escenografía de la obra Edipo Rey, de Sófocles, estrenada en el Burgtheater de Viena el 5 de abril de 1960 bajo la producción de Gustav Rudolf Sellners, Wotruba tuvo la posibilidad de experimentar espacialmente con sus formas escultóricas. De manera similar al diseño del vestuario, se inspiró en elementos arquitectónicos clásicos, fragmentos de pilastras y sillares, para generar un espacio escénico descompuesto, similar a una ruina.




Fotografía de Theatermuseum Vienna



Con el diseño de la iglesia de la Santísima Trinidad (Kirche zur Heiligen Dreifaltigkeit), en Viena, traspasó a la arquitectura todas sus experimentaciones escultóricas en la descomposición geométrica del volumen. Sus primeras ideas y sus primeros bocetos se inician en 1967.





A partir de una serie de maquetas y modelos esculpidos, Wotruba concretó el volumen de la iglesia. Para poder, finalmente, construirla, contó con la ayuda del arquitecto Fritz Gerhard Mayr (n. 1931). Las obras se iniciaron en 1974 y acabarían en 1976, un año después del fallecimiento del escultor.






Fotografía de Harald Eisenberger/Belvedere



La edificación se sitúa exenta sobre una pequeña elevación en Sankt-Georgen-Berg, en el distrito de Mauer. Su aspecto, similar a piezas prismáticas apiladas, recuerda a las esculturas cubistas, sin ningún referente de arquitectura religiosa al que rememore.






Fotografías de Trevor Patt



Desde lejos el edificio parece una escultura de gran formato, un elemento escultórico dispuesto en un claro del parque. Su aspecto de piezas superpuestas, volúmenes angulares, prismas que se destacan y sobresalen, recuerda a las propuestas expresionistas, aunque también ha sido comparada con el brutalismo.








Fotografías de Kristian Adolfsson



Su construcción se llevó a cabo a partir de bloques de hormigón visto, de acabado liso, sin textura, dejando huecos entre sí que se cierran con paramentos de vidrio. La cubierta plana se materializó, igualmente, como una losa de hormigón.




Fotografía de Thomas Ledl






Fotografías de Peter Krapež



Mayr describió el volumen resultante como una yuxtaposición constante de la forma construida y el espacio cerrado, un diálogo continuo entre lo horizontal y lo vertical, entre luz y sombra, entre soportar y ejercer cargas.








Fotografías de Wojtek Gurak



El espacio queda delimitado por un total de 152 piezas prismáticas de hormigón, de diferentes dimensiones, alcanzando las de mayor tamaño un volumen de 64 m³. Su planta irregular y poliédrica presenta unas dimensiones máximas de 30x22 m, con una altura de 15 metros y medio.






Fotografía de Erwin Reichmann/Belvedere



El volumen presenta dos niveles, uno inferior completamente cerrado al exterior, que funciona como sala y dependencias parroquiales; y uno superior, donde se encuentra la iglesia con capacidad para 300 personas.






Fotografías de Trevor Patt



El templo queda inundado por la luz, proveniente de las aperturas y separaciones entre los bloques, dispuestas a lo largo de todo el perímetro de la iglesia. Las franjas de luz arrojada, o los contrastes de luces y sombras, varían a lo largo del día, modificando la percepción del espacio.






Fotografías de Trevor Patt



El interior, casi desnudo, adquiere un carácter sobrio. El espacio acotado por las piezas prismáticas de hormigón presenta mobiliario de madera, altar de mármol y un gran crucifijo de bronce, molde del existente en la Hofkirche de Bruchsal (Alemania), también obra del escultor.




Fotografía de Peter Krapež





Fotografía de Kollektiv Fischka




Fotografía de Wojtek Gurak



Al referirse a la iglesia de la Santísima Trinidad, Fritz Wotruba señaló: “No me preocupa la estética. Lo que me fascina es la arquitectura que se construye libremente, sin ligaduras, sin barreras, sólo siguiendo la idea concebida”. Para Wotruba, la arquitectura es una materia más de la escultura.










Fotografías de Kollektiv Fischka



Texto entrecomillado extraído de Informes de la construcción, vol. 32, n.º 310, mayo 1979, pág. 3.



Fotografías de Wojtek Gurak, Trevor Patt, Thomas Ledl, Kollektiv Fischka, Kristian Adolfsson, Peter Krapež, Theatermuseum Vienna y Österreichische Galerie Belvedere

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