© Villa Dávalos, fotografía sjll.Comenzamos nuestro paseo por la ruta de las villas de Benicásim y lo haremos de sur a norte, empezando por el cielo (la parte conocida como corte celestial) pasando por el limbo para terminar en el infierno.
Villa Solimar.
Con ella se inicia el recorrido de la ruta de las villas. De aspecto sencillo, con elementos neoclásicos. Mantiene y conserva algunos de los elementos que serán comunes al resto de villas como son: una o dos alturas dependiendo del poder adquisitivo de la familia, terraza cubierta con columnillas de fundición, un destacado antepecho sin alusión alguna al nombre de sus propietarios, un jardín en la parte delantera, puerta delantera y trasera enfrentada y la cocina en la parte posterior.
Villa Camilleri.
Su estructura de una sola planta con terraza delantera es fiel a las primeras villas que se construyeron en este paseo. El porche calado y decorado con detalles modernistas se encuentra rodeado de un hermoso jardín poblado de pinos y palmeras, típicamente mediterráneos.
Villa el Barco
El nombre de esta villa viene dado por la característica marquesina de hormigón con forma de barco que cubre la terraza frontal. La casa tuvo una gran actividad social durante los años 50, ya que en verano acogía fiestas benéficas a las que acudían la crème de la crème de la sociedad castellonense.
Villa Iluminada.
Esta casa aristocrática todavía conserva el aire de sus mejores años. Sigue la estructura de las primeras villas de una sola planta construidas a finales del siglo XIX. En la fachada destacan los detalles en color rojizo de las molduras y su terraza delantera flanqueada por pilares.
Villa Santa Cristina y Villa Marina.
Ambas vecinas presentaban una planta simétrica cuya puerta delantera comunicaba en línea recta con la posterior y donde las estancias se sitúan a los lados. En el caso de Santa Cristina, desarrollada en dos plantas, destacan las columnillas modernistas de hierro forjado y las delicadas rejas que cierran la parcela. Sin embargo, Villa Marina, con una única planta mantiene unas sencillas columnillas sin apenas ornamentación. En su porche se distingue un bri-soleil calado y rematando su antepecho, una balaustrada.
Villa Mª del Carmen.
El hecho de que gran parte de las villas tengan nombre femenino corresponde a que la mayoría de las propietarias eran mujeres. Fue construida en 1933 y pertenece al eclecticismo arquitectónico de la época. La casa consta de dos alturas simétricas, provista de terraza y una destacada cornisa.
Villa Dávalos.
Construida en 1933, perteneció a la familia Dávalos-Fletcher, industriales y mecenas de arte en Castellón. Como se puede observar la casa cuenta con elementos propios de las construcciones típicas del norte de España, como la piedra rústica en la parte inferior de la fachada y los detalles en rojo de la carpintería. Hoy en día es un restaurante y pertenece a la Fundación castellonense Dávalos-Fletcher dedicada a la promoción de las artes, la ciencia y la cultura
Villa Santa Ana.
Fue rehabilitada recientemente. Esta villa fue construida cerca del barranco llamado el “Limbo”, que hacía de línea divisoria entre la zona celestial y el infierno.
Villa Mª Julia.
Rehabilitada recientemente, apenas existe documentación sobre ella pero llama la atención la simetría de sus balcones.
Villa María.
Fue diseñada por el arquitecto Maristany que también construyó Villa Dávalos, el antiguo casino de Castellón y las más importantes casas del Paseo Marítimo. De gran elegancia, a imagen de los palacios renacentistas italianos. Su fachada destaca por dos grandes torres asimétricas, sus molduras, óculos y otros elementos como las columnas que señalan su acceso. Recientemente ha sido rehabilitada y es propiedad del Ayuntamiento de Benicásim.
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