¿Cómo conseguir un desarrollo rural sostenible?

Es un hecho patente que la actividad rural, agrícola y ganadera de nuestro territorio se encuentra en un momento crítico. Cómo afrontar el relevo generacional es una cuestión de máxima importancia, pero no la única, ya que las grandes desigualdades en todo el mundo entre la vida en las ciudades y el medio rural constituyen todavía una barrera por resolver.

El desarrollo rural se entiende como un proceso de cambio social y de crecimiento económico sostenible para un progreso permanente de la comunidad rural. El objetivo final es mejorar la calidad de vida de estas sociedades y la preservación del medio ambiente.

Tres necesidades básicas constituyen la clave del desarrollo rural sostenible:

1. Garantizar el bienestar de millones de personas que viven en el medio rural (aproximadamente la mitad de la población mundial), reduciendo la brecha rural-urbana, erradicando la pobreza y evitando la migración masiva a las ciudades.

2. Proteger y conservar los recursos naturales, paisajísticos y culturales.

3. Asegurar el acceso universal a los alimentos con una producción agrícola sostenible.

El Informe sobre seguimiento mundial del año 2013 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), confirmaba que la brecha rural-urbana en todo el planeta continúa aumentando. El analfabetismo, así como la falta de asistencia sanitaria o la pobreza son algunos de los factores comunes en el entorno rural. Pese a todo ello, la ayuda internacional para las zonas rurales ha descendido dos tercios en las últimas décadas.

Alcanzar estos objetivos no es tarea fácil, pero se puede conseguir mediante la educación y la concienciación social, haciendo hincapié en la valorización del papel del mundo rural en la conservación de la naturaleza, creando una cultura de consumo local, propiciando los recursos formativos y de gestión para una economía sostenible, o trasladando a la sociedad urbana la importancia del mundo rural.

Además, existen otras mecanismos concretos que propician este tipo de desarrollo, conocidos como “acuerdos de custodia”. Estos acuerdos que se producen de forma voluntaria entre los propietarios o usuarios del terreno tienen la ventaja de realizarse bajo el amparo de un marco legal, y donde las entidades de custodia (sin ánimo de lucro) velan por su integridad.

La custodia del territorio es una estrategia que aúna los esfuerzos de los propietarios y usuarios de tierras de cultivo, montes, granjas y otros recursos naturales a través de la firma de contratos y acuerdos con las “entidades de custodia”, organizaciones públicas o privadas que promueven la conservación de sus valores. A través de estos acuerdos, los propietarios, de manera voluntaria, se comprometen a cuidar y mantener el patrimonio natural y cultural de sus fincas y, a cambio, reciben apoyo, asesoramiento e incluso nuevas oportunidades para solicitar ayudas o poner en marcha iniciativas de desarrollo sostenible.

Actualmente en España existen más de 1.800 acuerdos de custodia en los que participan más de 160 entidades, lo que representaun total de más de 650.000 Has. custodiadas. Todo un record que muestra el gran avance que esta actividad ha tenido en nuestro país en los últimos años.

A continuación os dejamos con un video realizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España que nos explica, de forma amena, como funcionan estos procesos: