Acero corten, madera carbonizada y naturaleza. Arquitectura canadienseEn las orillas de un lago en la zona rural de Quebec podemos encontrar una de las magníficas obras arquitectónicas del arquitecto canadiense Paul Bernier, una casa revestida con madera ennegrecida y acero corten que se enfrenta a las inclemencias y se entrelaza con el paisaje natural.
Terminada en el año 2015, la vivienda privada tiene una planta en forma de L. Una residencia que partía de la petición de los clientes por una casa contemporánea, luminosa y abierta a la naturaleza, en la que la mayoría de los espacios de la casa estuvieran al nivel de la tierra.
Las dos alas del edificio tienen una altura de una planta, mientras que su intersección contiene un segundo nivel.
La residencia de dos plantas tiene vista al lago Charlebois, uno de los muchos cuerpos de agua en la cordillera Laurentien, un popular destino de vacaciones al norte de Montreal. Desde el camino de entrada a la vivienda, la parte delantera dispone de una cocina de concepto abierto, sala de estar y comedor. Aquí es donde se reúnen los visitantes, quienes llegan desde la puerta principal o incluso desde el garaje, que está en uno de los laterales.
El espacio de vida principal de la vivienda se encuentra flanqueado por grandes muros acristalados que enfrentan a un patio privado. Un espacio abierto a la naturaleza que se aclimata gracias a una chimenea geométrica negra que protagoniza la estancia.
En esta misma planta se encuentra el dormitorio principal, un espacio intimo que disfruta de acceso directo a una terraza a lo largo del lado de la casa. La planta en forma de L define un espacio exterior soleado, oculto a la vista del vecino y abierto hacia el acceso al lago.
La planta superior dispone de un dormitorio adicional, así como una oficina en el entresuelo con vistas a un espacio de doble altura, un espacio al que se accede mediante una escultórica escalera de nogal en voladizo que complementan la pared de color oscuro sobre la que se mantiene.
Acabados minimalistas caracterizan los interiores de esta casa. Pavimento de hormigón vertido, que reproduce el tratamiento monocromo aplicado a las paredes divisorias. Muros exteriores acristalados dando vista al lado, mientras que la fachada orientada al público cuenta con modestas ventanas perforadas sobre un revestimiento de acero corten y revestimiento de madera carbonizada, un tratamiento protector ancestral japonés, que no solo confiere una estética atractiva a la edificación sino que ayuda en el aislamiento de las temperaturas extremas de la zona.
